DINERO 2 Nov 2018
El fallecimiento
de un contribuyente no implica el fin de sus obligaciones fiscales
La
relación con el fisco no es como en el matrimonio: “Hasta que la muerte nos
separe”.
A
pesar de que se termina la vida activa de un contribuyente con la muerte y se
avisa al Servicio de Administración Tributaria (SAT) para eliminar su
Registro Federal de Contribuyentes (RFC), sus obligaciones fiscales ahí no
terminan.
No dar de baja al
ser querido ante el SAT que ya descansa en paz puede traer
muchos problemas a los que nos quedamos al gozo.
En lo que va del presente sexenio, el SAT
tiene casi 3 mil avisos por defunción, de un universo de 70.5 millones de
contribuyentes activos que están vivitos y coleando.
Datos del brazo fiscal de la Secretaría de Hacienda y Crédito público (SHCP),
proporcionados a EL UNIVERSAL,
indican que de diciembre de 2012 a octubre de 2018 se habían registrado 282 mil
433 avisos por defunción en el padrón del RFC.
La Procuraduría
de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) destaca la
importancia de hacer este trámite, que afirma, es fácil y sencillo.
Y advierte: el no hacerlo puede convertirte en uno de los
protagonistas de sus 101 historias de terror que viven los contribuyentes.
Universo de vivos. El universo de contribuyentes activos
registrados es de 70 millones 540 mil 892 causantes, según el Informe de las Finanzas y la Deuda
Pública al tercer trimestre de 2018. De esa cifra, 2
millones 31 mil 962 son empresas.
La ómbudsman fiscal,
Diana Bernal, señala que las obligaciones fiscales se acaban
con el contribuyente fallecido, pero no con relación al patrimonio del muerto,
porque si tenía una deuda fiscal, el heredero la enfrentará.
La
Prodecon ha identificado que una de las principales problemáticas que se han
presentado en el caso del fallecimiento de un contribuyente es que los
familiares desconocen la situación fiscal del mismo.
Un caso que le tocó
atender fue el de la hermana de un contribuyente, que al fallecer buscando el
acta de nacimiento, encontró su cédula de identificación fiscal, así como el
aviso de modificación a la actividad empresarial y profesional.
En
virtud de que su hermano no dejó herederos, salvo a ella, era la que debía
poner al corriente su situación fiscal y cancelar el RFC.
Sin
embargo, no sabía si había expedido facturas como empresario o si tributaba por
honorarios.
En estos casos, Prodecon puede
investigar para concluir adecuadamente la relación tributaria del contribuyente
que perdió la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
arvil747@hotmail.com, prodigio56@yahoo.com.mx, zumomoo@hotmail.com, coordinadora_10@hotmail.com